Me quede entre un amor sin rostro, de sombras ausentes de lejanos pensares.
Me quede entre un tiempo de ese mismo amor que decía adiós, entre decadentes cartas llenas de agua con sal.
Me quede entre amistades fosforescentes, de sentimientos decepcionados.
Me quede entre canciones solitarias sin dedicatorias, entres sueños no soñados, entre una vida que no era vida.
Me quedaba estancada en un abismo sin estrellas, de visiones cerradas y el palpitar sordo.
Y te conocí entre fugaces aires, te sostuve hasta ya no poder con un tic tac que a la final me dejo en el mismo lugar antes de conocerte.