Son
estas falacias negras, desesperadas, angustiadas
De mente inmune que invaden
Quehaceres del pasado,
Como un deslizante doloroso
Que va sujetado en ramas
viejas y secas.
Ya no te siento, ya hace
mucho que me perdí,
Te llamé, pero no
escuchaste el cantar de los sordos,
Y en medio del vuelo,
El viento me arrastró con una
ráfaga de vela llena de vértigo.
Y pensar que más lejano
llegó el dolor,
Cuando rebuscaba la
esperanza.
Se encontró con el matiz
de una imagen arrancada, chamuscada.
Que lloraba, lloraba y
lloraba
Mientras la soledad
escrutaba el efecto
Y yo que aguaba los ojos y
sollozaba,
Por las reminiscencias
obsoletas,
¡Ay! Pero el llanto no es
susceptible a lo que quiero,
Ya no porque…
Porque quizás no vuelvas,
quizás yo me fui primero,
Pero igual estas líneas
cortas se enredan en el olvido
De un frágil abismo en el
alma
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