viernes, 3 de septiembre de 2010

La musa de un soplido mágico.


Se siente como la ilusión circundando a mi fantasía 
Entre esta madera intimida por la resaca 
Que se confunden cuando las olas acobijan nuestra esencia 
Mientras sacuden el audaz sentimiento, 
Y pienso que no aspiras marcharte 
Que tú te quedaras conmigo, con este mar y este silencio 
¡Oh! Tú me acompañarías en cada una de mis noches 
Ayudándome a desatar las cadenas ahiladas y la tristeza que trémula mi alma. 

Pero aquí estas, a mi lado 
Sin creerlo, escribiendo esta musa en cada uno de mis pensamientos 
Y Tratando de que el vaivén de las estrellas 
No opaquen el fugitivo aroma de estos nervios suspirados 
Que son tan tuyos, que son tan míos, 
Como este mar, como esta lluvia, como este cielo y este aire que estimulan a las arenas 
Que cubren nuestras huellas dejándolas felices y selladas. 

Y cuando Observo el abismo lejano escucho tu cantar 
Ese que en tus ojos, ¡oh! En tus ojos yo voy descubriendo, 
Cuando sin que te des cuenta me pierdo por tan solos algunos ruborizados segundos, 
Pero te veo y estas como tratando de congelar la prisa 
Y apartando a la elegante apatía envuelta en su endecha, 
Pero mi vida por mas que queramos el tiempo nunca hecha un vistazo hacia atrás 
Así que dejémosle de pensar y ocupémonos de estas gotas cristalinas 
Que llenan nuestras copas y que abrazan nuestros cuerpos. 

¿Quién sabrá cuando volverás? 
¡Oh! Y yo que ya me iba sintiendo dueña de este silencio 
Y este anochecer que pronuncia tantas palabras. 

Pero aunque sea por esta noche 
Elevare nuestro momento 
¿Y después? ¡Después se lo dejamos al viento!

No hay comentarios:

Publicar un comentario